jueves, 12 de noviembre de 2009

Sin Dios.


Es un hecho confirmado, los ticos no podemos hablar de fútbol, política o religión sin terminar discutiendo. Por eso muchas veces es preferible no tocar estos temas o tocarlos pero con personas que sean accesibles de manera que no necesariamente se termine discutiendo.

Una de mis amigas dice ser atea (en este caso en particular creo que se traduce a una simple rebeldía contra Dios) creo esto por que su actitud a la hora de hablar del tema eso es lo que refleja, entonces esta demás preguntarle del por que de su posición sin terminar en discusión. No se si la discusión se daría por la falta de argumentos para defender su posición, por que piensa que nadie la va a entender o por que quizás somos unos católicos engañados.

Yo soy católica por tradición no por elección, situación que no me afecta por que no esperaría que me preguntaran al nacer si la aceptaba o no. Voy a la iglesia?. Muy poco. Cambiaría de religión?. No lo creo ni me fu ni me fa.

Que si he dudado de la existencia de Dios?. Sí, he dudado. Quien me dice a mi que esto de la biblia y de Dios no fue un invento de alguien para que las personas creyéramos en algo y le tuviesemos fe?. Como creer en algo que no he visto?.

No podría ser que Dios y la misma biblia sean una necesidad creada?. por que no?. Todo es posible.

Todos en la vida hemos tenido momentos de sufrimiento, momentos en los que uno necesita aferrarse a algo, ese algo que te brinde consuelo, fortaleza o que al menos te haga pensar que si tienes fe todo saldrá bien. Si dejara de creer en Dios en quien creería, independientemente de mis dudas sobre su existencia.

Por eso me gustaria saber a quien recurren lo no creyentes o los ateos en esos momentos?. A quien le pide un padre Ateo por la salud su hijo enfermo?. A quien le piden para que vele por el bienestar de su familia. Si no dicen que Dios te proteja y te cuide que dicen?. (aunque pedirlo solo sea una forma de reconfortarse asi mismo).

Yo digo que si Dios no existe al menos la posibilidad brinda consuelo. Que no se confunda la acción de creer en Dios con el culto a alguna religión.